Sobre médicos y albéitares (veterinarios)

Hace dos semanas asistí en la ciudad de Córdoba a un congreso sobre ganado vacuno y ya de paso aproveché para callejear por su centro histórico y visitar la Mezquita. Esta ciudad está cargada de historia y entre los siglos X y XII se convirtió uno de los principales centros islámicos llegando a rivalizar con Bagdad y Estambul por la capitalidad mundial. También fue en Córdoba donde los árabes alcanzaron su cenit cultural.

Mi paseo tenía un plan: quería encontrar los monumentos de tres de las eminencias de la medicina que dio el califato. Y los encontré: el primero lo divisé dentro de la Judería, junto a la Puerta de la Luna pegada a la muralla, el cordobés Averroes (1126-1198). Fue filósofo, matemático, astrónomo y también médico del califa. Esta situación privilegiada le duró hasta que 1194 cuando los Almohades lo desterraron y quemaron su obra. La historia de intransigentes que queman libros viene desde antiguo y por desgracia se vienen repitiendo demasiadas veces. Y no aprendemos.

Averroes fue el autor de los “Principios generales de medicina”, que tuvo una amplia resonancia en Occidente llegando a crear un movimiento intelectual, el «averroísmo”. Por lo que se refiere a las ciencias veterinarias, escribió también el “Libro de los Animales”.

Averroes

Sigo mi camino y me dirijo a la Mezquita y antes de llegar, frente a la facultad de Filosofía, localizo el busto de Al Gafequi. (¿? -1165), médico oculista. Al Gafequi viajó al Bagdad de Avicena para ampliar conocimientos, llegando a operar cataratas que definía como unas “membranas fáciles de separar del iris”. Este médico andalusí muy sabio y hábil fue sobre todo un valiente… aunque pensándolo bien sus pacientes muchísimo más.

Al-Gafequi

De vuelta a hacia la muralla y cerca de la sinagoga, en la calle Teberiades me encuentro con Maimónides. (1135-1204). Allí estaba la estatua de este judío natural de Córdoba que estudió matemáticas, filosofía, astronomía y medicina, y que acabó dedicándose profesionalmente a la medicina. Tras un largo exilio con diferentes escalas por el sur del Mediterráneo, Maimónides acabó como médico y rabino de la corte de Saladino. Sus incursiones en la albeitería* destacaron en el campo de la salud pública y es considerado por algunos como el fundador de la sanidad veterinaria. Sus trabajos sobre el peligro que encerraba la saliva de los perros rabiosos, la tuberculosis y otras enfermedades transmitidas por los animales así lo acreditan.

Maimónides

En verdad estos sabios andalusís le daban a todo: filosofía, poesía, medicina y también astronomía. En esta última ciencia unieron conocimientos de griegos y chinos y fueron claves para el desarrollo de la astronomía europea que floreció en el renacimiento.

Y aquí abro un paréntesis para poneros ejemplos de la importante aportación con palabras y conceptos relacionados con la astronomía que hicieron los árabes y que se siguen usando en la actualidad: Zenit (punto del firmamento encima de nuestras cabezas), Nadir (punto opuesto), o Azimut (punto cardinal donde caería el astro en el horizonte). También son árabes los bonitos nombres que tienen las estrellas más brillantes: Aldebarán, Altair, Deneb, Merak, Rigel, Adara, Dhube o Rashalage.

Y como es costumbre, os dejo una curiosidad: ¿Sabéis que la estrella Aldebarán y las vacas están relacionadas? Y es que esta estrella forma parte de la constelación de Tauro. Con un poco de imaginación Tauro recuerda a la cabeza de un toro africano de cuernos enormes y con un ojo brillante que todo lo ve (Aldebarán).

Vacas Watusi cuidadas por la comunidad Mundari

Aldebarán significa en árabe “el seguidor” y su nombre es debido a su posición en la constelación, ya que se localiza después de Tauro y antes de Orión, precediendo a las Pléyades .

Como las gigantes rojas que agotaron el hidrógeno en su núcleo, Aldebarán es anaranjada y ha iniciado la fusión termonuclear de helio en su envoltura. Aunque tendremos que esperar a octubre para contemplarla de noche, en el esquema inferior os explico cómo localizarla en el firmamento: prolongando el cinturón de Orión o las tres Marías. Lo confieso, la astronomía es una de mis aficiones.

Volviendo a las ciencias médicas, estos eruditos cordobeses le daban tanto a la medicina humana como veterinaria, y se adelantaron a Rudolf Virchow (1821–1902) que fue el creador del término zoonosis**. Virchow enunció que “no hay línea divisoria ni debería haberla entre la medicina animal y la humana; el objeto es diferente pero la experiencia obtenida constituye la base de toda medicina”.

Fue en 2007 cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) abanderó el término One Health: una única salud o una salud global. Es un enfoque que busca aunar bienestar humano y animal. Los árabes en Al Andalus se adelantaron a esta visión de unidad entre la medicina humana y la albeitería. Además, como el Corán prohíbe la disección de humanos, los estudios anatómicos los hacían con cadáveres de cerdos que diseccionaban haciendo anatomía comparada pues sus órganos son muy similares a los humanos. Aunque el animal favorito de los musulmanes es el caballo árabe, que según la leyenda Alá creó con un puñado de viento del Sur. Pero esa ya es otra historia…

Aquí acaba mi paseo por esta ciudad que me ha servido para escribir acerca de médicos y albéitares. No hay que olvidar que la historia está llena de ejemplos donde la curiosidad por conocer y saber se enfrenta a la intransigencia, el miedo o la ignorancia. Por eso justo es recordar a estos sabios andalusís, su moderno enfoque de la sanidad y sus aportes al conocimiento de las ciencias. 

Os amplio el significado de Albéitar y Zoonosis : 

* Albéitar, palabra de origen árabe que significa veterinario, más especialmente los dedicados a caballos.

** Las zoonosis son enfermedades infecciosas que han pasado de animales vertebrados a humanos. Los patógenos zoonóticos pueden ser bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales y propagarse a los humanos por contacto directo, vectores o a través de los alimentos, el agua o el medio ambiente.

Y si os apetece leer sobre albéitares y médicos de la cultura árabe, aquí van mis dos novelas históricas recomendadas: El Médico (Noah Gordon) y El Sanador de Caballos (de mi colega Gonzalo Giner).

Nota: las imágenes 1 y 5 han sido amablemente cedidas para esta entrada por su autora, Marta Galcerán Camarero.

3 comentarios

  1. Me ha encantado Antón, has ordenado muy bien el origen de ese congreso de veterinarios.
    Lleva siglos sabiéndose de qué depende la salud de la humanidad.
    Sigue contándonos todos esas cosas que tú razonas y muchos no nos paramos a pensar….

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