Y cuando más lo necesitábamos, apareció la ciencia

Salgo al balcón y observo a lo lejos un señor paseando al perro y pienso: “¿Pero no es el mismo de esta mañana?”. Prefiero no pensarlo mucho. Entro y leo en la prensa digital que miles de personas han sido sancionadas por no respetar el confinamiento en estas tres semanas que llevamos. No puede ser. Me niego a creer que la sociedad se va al garete. Soy optimista por naturaleza. Sigo buscando en las redes sociales y empiezo a encontrar historias que me emocionan: policías felicitando a niños confinados con sus sirenas, vecinos que hacen la compra a otros menos desfavorecidos, personas que trabajan en primera línea con recursos limitados que probablemente terminen contagiándose, etc. Empiezo a tener esperanza de nuevo en la sociedad.

Ha tenido que venir una pandemia para hacernos ver lo que realmente importa. Los servicios realmente esenciales. Lo que en el fondo importa y debería tener una mayor inversión por parte del gobierno. Espero que alguien lo recuerde cuando pasemos esta crisis. Y con ello me refiero a sectores como la alimentación, sanidad, servicios sociales o la ciencia e investigación, entre otros. Creo que, a estas alturas, ha quedado bastante claro el papel que juega la ciencia y la tecnología tanto para la prevención como para el tratamiento en temas de salud.

Pues resulta que el programa de inteligencia artificial (IA) y Big data  de la empresa bluedot fue de los primeros sistemas en detectar la emergencia sanitaria del COVID-19 en Wuhan y sus alrededores (noticia). Si es que los datos son el petróleo del siglo XXI, como comentamos el año pasado. Además, las técnicas de minería de datos o ciencia de datos están siendo una de las ciencias más demandadas en la sociedad actual.

Esta ha sido siempre mi gran motivación laboral. Poder hacer uso de diferentes tecnologías (inteligencia artificial, impresión 3D), para avanzar en el tratamiento de enfermedades. Y por ello, siempre mis carbonoticias han ido un poco enfocadas a estos aspectos.

La impresión 3D es una de las tecnologías que seguramente salga reforzada de esta crisis mundial. Ya conocíamos sus propiedades, pero las crisis también sacan lo mejor de la gente. Muchas empresas, hospitales, distribuidores y la comunidad de usuarios (también conocidos como makers) se han organizado para producir material médico (mascarillas, protectores, respiradores). Como he leído en algún sitio: “Impresiones 3D para salvar vidas”.

Figura 1. Modelo de protector facial completo para impresión 3D. Fuente I3PT Parc Taulí.

Os dejo un par de enlaces que contienen más información y archivos STL para imprimir diferentes materiales médicos.

https://www.coronavirusmakers.org/index.php/es/

http://www.tauli.cat/es/institut/planificacio-quirurgica-impressio-3d/covid-3d/cataleg/

Por otro lado, la IA también hemos hablado mucho sobre IA aquí. Esta técnica esta demostrando ser clave en esta crisis y está consiguiendo involucrar a la comunidad científica para el desarrollo de programas de IA para detectar COVID-19 mediante radiografía de tórax o incluso para la formulación de una vacuna mediante potente superordenadores. En un tiempo récord, muchos hospitales y centros de investigación se están coordinando para desarrollar diferentes herramientas automáticas que analizan automáticamente las imágenes para detectar COVID-19. Muchas empresas y centros de investigación españoles que a pesar de los recortes de los últimos años en ciencia, están respondiendo cuando más se les necesita.

Figura 2. Ejemplo de herramienta CAD4COVID de DELF IMAGING. https://www.delft.care/cad4covid/

También comentar que muchas revistas científicas poniendo de su parte y están dando preferencia a las publicaciones científicas de temas relacionados con el COVID-19 para facilitar el flujo de información dentro de la comunidad científica. Así como, en muchos casos, el acceso gratuito a esta información.

Si alguien está interesado en el tema de la IA, mañana viernes 3 de abril hay un seminario virtual sobre este tema: https://lnkd.in/d94z-hk

Ya para acabar, esperemos que después de que superemos esta crisis, que seguro lo haremos, valoreamos cada cosa como se merece. Como dice nuestra compañera Elena: ¡Que la ciencia os acompañe!

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