Unos libros la mar de salados

Pues este año me toca a mí cerrar por vacaciones las entradas de Ciencia Carbónica. Y como mi propósito es seguir despertando vuestra curiosidad por los temas marinos, quería invitaros este verano a leer libros «con sal».

No hay manera más sencilla (y barata) de imaginar el mar que leyendo un buen libro en el que esté presente. Así que me dispongo a enseñaros una lista de mis lecturas favoritas, unos libros «la mar de salados». El criterio de esta selección es que todos se ambientan en el mundo marino… y que a mi me han gustado mucho. No se trata de novedades ni de libros demasiados populares, os invito a descubrirlos. Pasen y lean:

Empezaré por mi favorito: “Os ausentes de Casteltón”, el más auténtico y cercano. Cuenta la experiencia personal del autor, un joven biólogo apasionado por el mar (Jacobo Barros) a bordo de un pesquero gallego en aguas del Gran Sol. El libro está escrito en el gallego real que se habla en los barcos. Una joya.

Sigo con otro de título muy revelador, “Bajo la piel del océano” de Carlos Pedrós-Alió. El autor (biólogo también) describe de manera muy amena en que consiste una campaña en un barco oceanográfico. Aprovecha también para escribir sobre el océano, desde su superficie hasta las zonas más profundas. Un canto a la necesidad de protección del medio marino.

Otro libro esta vez sobre la pesca, “A campanha do Argos” de Alan Villiers. Un reportero australiano se embarca en 1974 para pescar bacalao en la última campaña a vela que hicieron los portugueses en Canadá. Muy buenas imágenes y entretenido de principio a fin.

Ambientada también en la pesca está la novela titulada “Gran Sol” de Ignacio Aldecoa. Tiene el mérito de describir la realidad de un barco pesquero de los años cincuenta del siglo pasado, cuando en la pesca las condiciones de trabajo y habitabilidad eran más duras que en la actualidad.

Una novela negra, también ambientada en la vida de la gente de mar es “La playa de los ahogados” de Domingo Villar. Va de asesinatos, marineros y Galicia. Muy entretenida.

Y quiero incluir en la selección de novelas a “Naufragios” de Akira Yoshimura. A mí me resultó un poco triste y desoladora, pero es otra joya. Pobreza extrema y enfermedad en una aldea marinera en el Japón de la Edad Media.

¿Y un cómic no os apetece? Mi autor preferido y un enamorado del mar, Miguelanxo Prado, es el autor del delicioso “Trazo de tiza”. Aunque no seáis aficionados al cómic, éste seguro que os va a encantar.

Como el calor empieza a apretar, ¿qué tal un libro sobre una épica expedición a la Antártida? “Atrapados en el hielo” de Caroline Alexander es mi apuesta. Una historia real alucinante, acompañada por imágenes del día a día de la famosa expedición de Shackleton a bordo del Endurance: Un desastre que se transformó en una heroica gesta.

Otro libro ambientado en un viaje por un océano de hielo, esta vez en el Ártico, es “En mares salvajes. Un viaje al Ártico” de Javier Reverte. Cuenta en primera persona su viaje a bordo de un barco oceanográfico ruso. También relata la historia de épicas expediciones anteriores. Todo escrito de manera brillante. Este libro os va a atrapar.

Si lo que os apetece es disfrutar del mar sin demasiada «letra», tengo un libro para vosotros: “Tinta de mar” de N. Couilloud y M. Borotau. Textos breves de diferentes autores acompañados de bellísimas imágenes. Pasaréis un rato estupendo.

Ya os he contado muchas veces que los anillos de los otolitos tienen similitud con los anillos de los árboles. Por ese motivo, y aunque su lectura no te hará navegar, quiero incluir en esta lista “Escrito en los árboles” de Valerie Trouet. Una historia de árboles y de cómo se utilizan como registro y prueba de la historia, el cambio climático y muchas cosas más. Lo estoy leyendo ahora mismo y promete.

Y a última hora incluyo mi nueva adquisición: “Nación Mar” de Xosé Iglesias. Un libro en el que se mezclan imágenes de sueños y recuerdos, barcos y cetáceos… Maravilloso.

Ojalá os animéis a leer alguno, porque viajar en el mar de tu imaginación no provoca mareo y te regala libertad.

¡Buenas vacaciones!

¡Hasta la próxima entrada marina!

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