Imagina que tienes un “superpoder” que te permite caminar tranquilamente por el fondo del mar. Si te das una vuelta por los fondos marinos, ¿Qué paisajes verías? Zonas de arena, fosas abisales, cañones y montañas submarinas… Y alrededor de estas formas geológicas mucha vida, la vida marina (anémonas, esponjas, corales…). Tienes ante ti a los Ecosistemas Marinos Vulnerables, hábitats que alojan formas de vidas muy complejas y que además son muy frágiles.
¿Qué puede romper el equilibrio de estos ecosistemas? Es evidente que la pesca de fondo… Aunque no es la única culpable, ya que la búsqueda en los fondos marinos de fuentes de energía (petróleo) o de nuevos recursos (biotecnología) también altera estos frágiles ecosistemas. Entenderás entonces lo necesario que es regular las actividades humanas en estos lugares para conseguir su conservación a largo plazo (áreas de protección).
Mejor lo explico con un ejemplo concreto, el proyecto de investigación NEREIDA. Este proyecto ayudó a localizar y delimitar las zonas de corales y campos de esponjas del noroeste del Océano Atlántico (frente a las costas de Canadá). Las investigaciones fueron llevadas a cabo por varias instituciones, entre las que se encuentra el Instituto Español de Oceanografía (lEO).
Para localizar las áreas marinas de importancia ecológica y biológica en la zona se hicieron una serie de campañas de investigación oceanográfico-pesquera financiadas por la Unión Europea. Mediante cartografiado del fondo (mapas detallados del fondo del mar), se identificaron las zonas con presencia significativa de organismos marinos vulnerables (corales y esponjas de aguas frías). También se localizó la huella de la pesquería o “fishing footprint” (marcas en el fondo marino que indican que hubo actividad pesquera). Con la información referenciada en los mapas se fueron delimitando áreas sensibles que se consiguieron cerrar a la pesca de arrastre.
En este mapa en color naranja están marcados los polígonos cerrados a la pesca de arrastre (14) frente a las costas de Canadá (Atlántico Noroeste). La línea punteada roja limita la zona de estudio del proyecto ATLAS del Centro Oceanográfico de Vigo (IEO). Es importante añadir que la localización de las zonas con abundancia de organismos marinos vulnerables todavía continúa….
Y para acabar, algo que debemos recordar: para proteger hay que conocer.
ATLAS y NEREIDA colaboran en el intento de conseguir el uso racional de los recursos de los océanos mediante la implantación de medidas de conservación que comprometan a todos.
Si quieres saber más: proyecto NEREIDA (https://www.nafo.int/About-us/International-Cooperation); proyecto ATLAS (https://www.eu-atlas.org/)
Y esta vez mi agradecimiento va para mi colega la Dra Mar Sacau por su asesoramiento como experta en el tema y principal responsable del proyecto NEREIDA en el IEO.
Precioso y riguroso artículo María. Me ha encantado!!!
Muchas gracias por tu comentario Valentín y no dejes de leernos cada jueves con un tema diferente!