Recientemente asistí a una jornada donde se habló del sistema iObserver, una tecnología cuyo objetivo es la gestión de los descartes a bordo de los barcos de pesca. Y me dio la idea de esta entrada: los descartes en la pesca y porqué es importante conocer la cantidad de lo que se pesca y de lo que se desecha. Vamos a ello… ¡Seguid leyendo!
¿A que se llaman descartes en pesca? Pues a todo aquello que se pesca y que no tiene interés comercial, esto es animales marinos que los barcos capturan pero que son descartados por variadas razones: por su aspecto, porque no alcanzan el tamaño legal, por estar prohibida su pesca, por ser especies no comestibles, no rentables… En algunas pesquerías estos descartes llegan a representar un importante porcentaje de la captura. Por eso, ya desde hace un tiempo la investigación pesquera está trabajando en el compromiso de reducir al mínimo la fracción de los descartes.
Para proteger hay que conocer y para pescar de forma sostenible hay que regular y controlar la parte de la pesca que se desembarca y por lógica, también la que se descarta. ¿Y cómo conocemos esas cantidades? Pues gracias a la presencia de observadores científicos que “en directo” (a bordo de los barcos) obtienen los datos reales. Este es el punto de partida para alcanzar el objetivo final: descartes cero.
Aprovechando el avance de la tecnología surgen proyectos como el Proyecto LIFE+ iSEAS (www. http://lifeiseas.eu) donde se está desarrollando el sistema iObserver. ¿De qué se trata? Pues de un conjunto de tecnologías de visión que se utilizan para la identificación y cuantificación de la pesca a bordo. Se instala en el parque de pesca de los barcos (se llama así a la zona del barco donde va todo el pescado capturado para que los marineros lo clasifiquen, seleccionen y preparen para la venta). El objetivo de este sistema es realizar el mismo trabajo que lleva a cabo un observador humano que es identificar las especies y los tamaños del pescado y conocer el peso de la captura. Esta información se almacena en una base de datos y se envía en tiempo real a un receptor en tierra firme. Así, el armador (dueño del barco) decide el pescado que puede aprovechar según la demanda de los mercados y las posibilidades de salida comercial en fresco, como pescado congelado, como otros productos (alimento para peces y mascotas, aditivos alimentarios), para obtención de fármacos o para la fabricación de subproductos como gelatinas, cartílago, Omega 3 y 6, ácido hialurónico… Con esto se consigue aprovechar la captura al máximo y reducir la cantidad de pescado que se tira al mar (descartes) ante la duda de que no sea rentable.
Interesante y prometedor ¿a qué si? Ya os iré contando su evolución ya que a día de hoy es un prototipo que representa cómo los avances tecnológicos pueden mejorar la calidad y prontitud de la información y también las condiciones de trabajo en un barco de pesca ¿no creéis?
Hoy tengo la suerte de poder contar con la ayuda y asesoramiento de Julio Valeiras, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo, especialista en descartes pesqueros y responsable en el Instituto Español de Oceanografía del proyecto LIFE+ iSEAS.
Y si quieres saber más de este interesante proyecto: https://www.youtube.com/watch?v=H8UPUCESukI
Muy interesante la entrada. 😛