Como profesor de la asignatura de Sistemas Operativos en la Universidad de Barcelona, recientemente estaba preparando una clase sobre la introducción a la seguridad en sistemas operativos, como pueden ser Windows, Linux, MAC y Android. Y cuando me di cuenta, mi mente comenzó a divagar…
Estos sistemas operativos modernos, compuestos por millones de líneas de código, son propensos a errores humanos. Según la NASA, incluso los programadores excepcionales pueden esperar al menos un error por cada 10,000 líneas de código. Para el resto de nosotros, los errores son aún más comunes. Estos errores pueden convertirse en vulnerabilidades, aprovechadas por programas maliciosos para acceder a nuestros sistemas, encriptar datos y exigir rescates (ransomware). La importancia de la seguridad en el mundo digital es innegable, y estar al día con las actualizaciones es fundamental para protegerse contra estas amenazas.
Este contexto me llevó a reflexionar sobre la creciente presencia de la tecnología en nuestras vidas y sus posibles problemas de seguridad. Cada día más dispositivos, desde ordenadores y móviles hasta electrodomésticos como aspiradoras y robots de cocina, están conectados a internet. La tecnología, al igual que las matemáticas, la física o el inglés, debería ser una competencia fundamental enseñada desde temprana edad.
Es alentador ver cómo en primaria se están introduciendo lenguajes de programación basados en bloques, como Scratch (link) y otras opciones que van más allá (link), e incluso hay que quien se atreve con la inteligencia artificial desde quien pequeño (link). La programación basada en bloques no solo es intuitiva y fácil de aprender, sino que también sienta las bases para futuros aprendizajes en ciencias de la computación y tecnología, que más adelante quizás pueda ayudar a prevenir problemas como el ransomware.
Esta forma de enseñanza no solo ayuda a los más pequeños a comprender los fundamentos de la programación, sino que también desarrolla habilidades cruciales como el pensamiento lógico y la resolución de problemas. Además, alienta la creatividad, la colaboración y la comunicación, habilidades esenciales en el mundo digital actual.
Imaginemos un futuro donde la alfabetización tecnológica sea tan común como leer y escribir. Una sociedad donde el pensamiento estructurado y las habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) sean la norma, no la excepción. La programación basada en bloques es el primer paso hacia este futuro, creando una base sólida para una generación capacitada tecnológicamente.
Ya para acabar esta reflexión, la integración de la tecnología en la educación primaria es fundamental para preparar a los estudiantes para un mundo cada vez más digitalizado. La programación basada en bloques es más que una habilidad; es un medio para empoderar a las generaciones futuras y equiparlas con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos del mañana.
Pues hasta aquí llegaron mis pensamientos más profundos. Luego volví a la realidad y continué preparando el material para mi clase.
Hasta la próxima carbonian@s.