Si chove, chove. Si vai vento vai vento. E si chove e vai vento, mal tempo.

(Si llueve, llueve. Si viento, viento. Y si llueve y hay viento, mal tiempo)

Tromba de agua en Nigrán (Pontevedra)

Así de exigentes somos los gallegos para afirmar que hace mal tiempo y es que si lo dijésemos solo cuando llueve, haría malo casi todo el año. Y hablando de exigencias, el campo también se está volviendo más exigente con los conocimientos y el nivel cultural de sus trabajadores. Así lo refleja el estudio: «Agro-millennials. Perfil de los nuevos agricultores   y ganaderos del siglo XXI», presentado por las Juventudes Agrarias de COAG y la ETSIAM de la Universidad de Córdoba. El informe dice que los jóvenes ganaderos tienen una formación académica más elevada que la media de su generación. Casi cuatro de cada diez cuentan con titulación universitaria y el 65%, como mínimo el bachiller o una FP superior (los jóvenes españoles en general no llegan al 48,7%). Un ejemplo mediático es el ganadero de vacuno de carne José Pinto, componente malogrado del equipo de Los Lobos que arrasó en el popular concurso de televisión “BOOM”, seguro que muchos lo recordáis. Los trabajadores del campo ya no tienen la imagen de paletos o incultos que tenían en los ochenta, cuando empecé yo a trabajar. Se decía entonces entre los mismos ganaderos que los que se quedaban en el campo eran los más tontos. Los tiempos están cambiando y hoy los jóvenes que se incorporan a la ganadería y a la agricultura están muy preparados.

Siempre pensé que era muy necesario tener un montón de conocimientos para llevar una ganadería de vacas de leche moderna, ya que es importante tener conocimientos de veterinaria, zootecnia, agronomía, praticultura, mecánica, contabilidad o informática. Hoy quiero incluir también la conveniencia de tener al menos ciertos rudimentos de meteorología. 

La predicción del tiempo siempre interesó a los marineros y agricultores. Para ambos conocer el tiempo les permite poder organizar las labores a corto y medio plazo. En la mar las predicciones son más exactas pues la orografía es inexistente y es una variable menos con la que tenemos que contar.

En esta entrada os quiero presentar tres sencillos aparatos que nos explicarán la base científica de tres fenómenos meteorológicos con tres aplicaciones prácticas en las ganaderías: pluviómetro, psicómetro y barómetro.

Pluviómetro

El pluviómetro es un recipiente que recoge la lluvia y extrapola los litros caídos en su superficie a la que caería en un metro cuadrado. A veces se expresa en milímetros pues cada litro de agua elevaría un milímetro un prisma de un metro cuadrado de base. ¿Una aplicación práctica a la ganadería de este sencillo aparato? Sería la conveniencia o no de hacer una cubierta a la fosa de purín (depósito donde se acumulan las deyecciones líquidas y sólidas del ganado). Estos purines son un excelente fertilizante que se aplica a los cultivos con una cisterna tirada por un tractor.

También podemos obtener información de los datos medios registrados en el observatorio más cercano (valor medio de los registros de varios años de la precipitación en la zona). Un pluviómetro sirve también en este caso para calcular una media anual. Pongamos un ejemplo: en una granja de Vimianzo (A Coruña) llueve al año 2100 mm. Eso significa que en cada metro cuadrado caen 2,1 m³ de agua. Una fosa sin techar de mil metros cuadrados recogería al año 1000 m ² x 2,1 =2.100 m³ de agua. Esto en cisternas de purín de 12 m³ supone unos 175 viajes al año esparciendo agua en un país como Galicia en la que normalmente sobra. Consideremos un 5% que se evapora y lo restamos, calculamos el gasto en gasoil, horas de trabajo y de desgaste de maquinaria. Comparamos el costo de la construcción con el gasto que supone esparcir agua y vemos si nos conviene construir el tejado. Seguro que en Vimianzo si compensa… y probablemente también en cualquier otro punto de la parte más occidental de Galicia.

Psicómetro

Un poco más complicado es el psicrómetro que nos permite medir la humedad relativa del aire, o la proporción de agua que tiene un volumen de aire en relación a la que podría tener a una determinada presión y temperatura.

Una humedad relativa del 100% no admitiría más agua y se dice que está saturada. Por poneros valores umbrales, normalmente solo se supera el 90% en caso de tormentas y el aire seco de los desiertos tiene menos del 30%. El aparato consta de un termómetro normal (bulbo seco) y otro revestido de una camisa que se humedece por capilaridad desde un pequeño depósito (bulbo húmedo). En ambientes secos, con humedad relativa baja, el agua del termómetro húmedo se evapora con facilidad y enfría el termómetro que marcará una temperatura más baja. Una escala nos dará la humedad relativa según la temperatura del termómetro del bulbo seco y la diferencia de temperatura entre ambos.

Colocando unos psicrómetros en el interior de una explotación podemos evaluar los días y las horas que las vacas entran en estrés térmico. Unas tablas de temperatura y humedad relativa nos indican cuando las vacas entran en zona de estrés. Así evaluaremos la capacidad de ventilación natural de una nave y la conveniencia de implantar sistemas de ventilación y rociado con agua para refrescar las vacas.

Barómetro

El tercer aparato es el barómetro que sirve para medir la presión atmosférica. En la entrada de mi vivienda tengo uno que miro al salir por la mañana y que con los dedos le doy siempre un toquecito. El toque transmite de una forma brusca e inmediata el cambio de presión desde la ampolla aneroide a la aguja, lo que tardaría unas horas en hacerlo sino lo fuerzo con el golpecito. Si la aguja sube (la subida de la presión nos indica que la borrasca se está alejando) habrá mejoría. Si la aguja baja es que la zona de presiones más bajas de la borrasca está por llegar y con certeza lloverá más esa mañana.

El barómetro es un buen complemento para verificar las predicciones meteorológicas que nos dan los móviles en las horas inmediatas. Labores como la siembra, el abonado, la cosecha y principalmente el ensilado de hierba necesitan conocer la previsión del tiempo. Hay que ser consciente que los días de buen tiempo en zonas como en Galicia en primavera son escasos y hay que aprovecharlos. A veces hay que cortar un poco antes porqué pueden venir después de unos días buenos más de un mes lloviendo sin parar.

También los cambios en la dirección del viento ayudan a predecir el tiempo: las roladas al norte predicen buen tiempo y si rola al sur vendrá agua asociada a una borrasca. Esto no suele fallar y así me lo enseñaron los patrones de las aldeas, los ganaderos más veteranos. La explicación científica se la debemos al meteorólogo holandés Guy Ballot y la pretendo explicar en el esquema a continuación:

Y si con esta entrada os entran ganas de profundizar en la meteorología os recomiendo unos libros:

“Meteorología y Oceanografía” de Ramón Fisure. Académico y bien explicado. Las predicciones en el mar son más certeras a falta de los obstáculos naturales de las montañas, pero la ciencia es la misma que en la tierra.

“Iniciación a la meteorología” de Mariano Medina, el primer hombre del tiempo de la televisión. Ameno y resumido.  Con ilustraciones del humorista Summers.

“Algo nuevo en los cielos” de Antonio Martinez Ron. Explica la meteorología a través de la historia de la “conquista” por el hombre de la atmósfera con cometas, globos, aeroplanos y cohetes espaciales. El libro es fantástico quizás el mejor que leí de divulgación y aunque extenso resulta muy entretenido y formativo.  ¡Amigo Javier, no sé a qué esperas para leerlo!


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