En esta entrada voy a hablaros acerca de los animales marinos más longevos, «los ancianos del mar».
Como sabéis, algunas especies marinas pueden llegar a vivir muchísimos años. Así, entre los animales de más edad tenemos almejas que llegan a superar los 500 años, esponjas que pueden vivir hasta 1500 años y claro, las colonias de coral negro con miles de años. Impresionante ¿verdad?
¿Y los peces? ¿Hay peces “ancianos”? Claro que sí, ¡centenarios! y el ejemplo lo tenemos en la gallineta boreal (Sebastes borealis) o en el reloj anaranjado (Hoplostetus atlanticus). Ambas especies presentan crecimiento lento y habitan en aguas frías.
Para calcular la edad de estos peces, los expertos “leen» los anillos que marca el paso del tiempo en sus otolitos y estoy segura (y lo digo con conocimiento de causa) que no debe ser fácil contar tanto anillo sin equivocarse.
Pero existe un vertebrado marino que tiene el honor de ser el que alcanza mayor edad. Se trata de un tiburón del que se ha llegado a “datar” una hembra con más de 400 años: el tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus).
Estos tiburones no tienen tejidos calcificados donde contar anillos así que, para poder conocer su edad los científicos eligieron el cristalino del ojo. Allí identificaron proteínas inertes que existen desde que nacen y que estos animales no renuevan en toda su vida. Ya tenían el tejido para poder calcular la edad, ¿Cómo lo hicieron? Pues aplicando la técnica de datación por radiocarbono (C-14) de la siguiente manera:
Primero identificaron en la muestra (28 hembras, entre 81 centímetros y 5 metros de longitud) a los tiburones que nacieron antes de la década de los sesenta del siglo pasado. ¿Cómo? Sabían que las explosiones de las bombas atómicas de los años cincuenta aumentaron la presencia de C-14 (radiocarbono) en la atmósfera y los océanos. Esta mayor presencia del radiocarbono se fue incorporando a la cadena trófica marina y provocó que los animales nacidos después de 1960 acumulen niveles de C-14 muy superiores a los nacidos antes de esa década.
Además, los científicos pudieron relacionar los niveles individuales de C-14 con el tiempo, lo que les permitió asignarle edad a cada tiburón. Calcularon que el más “viejo” de la muestra rondaría los 392 años (±102). Con este estudio demostraron que esta especie superaba con mucho la longevidad de la ballena ártica (Balaena mysticetus), otro animal que está en la lista de los más ancianos (puede llegar a vivir más de 200 años).
Los animales marinos que cumplen tantos años son muy diversos, aunque todos tienen un crecimiento lento y se reproducen a edades avanzadas. Por eso hay que hacer esfuerzos extras en la protección de estas especies, para que sigan existiendo los “ancianos del mar”.
¡Hasta la próxima entrada marina!
Mi agradecimiento en esta ocasión es para mi colega Esther Román por cederme de su colección particular las imágenes del reloj anaranjado y del tiburón de Groenlandia.
Más información: J. Nielsen, R. B. Hedeholm, J. Heinemeier, P. G. Bushnell, J. S. Christiansen, J. Olsen, C. B. Ramsey, R. W. Brill, M. Simon, K. F. Steffensen, J. F. Steffensen. Eye lens radiocarbon reveals centuries of longevity in the Greenland shark (Somniosus microcephalus). Science, 2016; 353 (6300): 702 DOI: 10.1126/science.aaf1703