Como ya os comenté en entradas anteriores, mi trabajo en el Instituto Español de Oceanografía consiste en estudiar la biología de algunas especies marinas de interés comercial que viven en el Océano Atlántico: merluza, faneca, abadejo, bertorella, congrio, salmonete, pez San Pedro… Estoy segura que algunos de estos nombres os suenan y los habréis comido alguna vez. Pues mi equipo se encarga de obtener y almacenar los datos biológicos de estas especies. Para que me entendáis, trabajamos obteniendo la información que constituye la base de la pirámide sobre la que se gestiona una pesquería.
Como podéis imaginar, para un biólogo marino este es uno de los trabajos soñados ya que te permite estar en contacto con el mar y sus habitantes. Además con tu trabajo colaboras en mejorar el conocimiento de los peces, aportando tu granito de arena para una correcta gestión del recurso.
Cómo. En los equipos de biología pesquera somos responsables de organizar la recogida de datos básicos (talla, peso, sexo, madurez, edad….) y también de material biológico (gónadas, otolitos, estómagos…) Y lo hacemos planificando a lo largo del año una serie de muestreos biológicos con un número de muestras determinado. Para cada especie objetivo hay que conseguir recoger datos en todo su rango de tallas y/o edades.
Dónde. Los muestreos biológicos se realizan en las campañas a bordo de barcos comerciales, en buques oceanográficos y/o en el laboratorio. Es necesario planificar los muestreos para que la muestra total sea representativa de la población que queremos estudiar.
Cuánto. La cantidad de datos que hay que recoger dependerá de la especie y del objetivo que se busca. No siempre tener gran cantidad de datos mejora la información. Parte de nuestro trabajo consiste en determinar el número óptimo de datos con los que lograr aportar una información de calidad.
Cuándo. La periodicidad de los muestreos biológicos suele organizarse en trimestres, cubriendo el año natural (aunque también se puede establecer un rango de recogida mensual, semestral o anual).
Para qué. Usamos los datos básicos para calcular los parámetros biológicos que caracterizan la especie (relación talla-peso, parámetros de crecimiento, relación entre sexos, talla de primera madurez…) y con ellos también dar respuesta a preguntas del tipo: ¿Cuál es la talla, edad y/o peso máximo que pueden alcanzar? ¿Crecen igual las hembras y los machos? ¿Qué proporción existe en el stock entre machos y hembras? ¿A qué edad o talla comienzan a reproducirse? ¿Crecen rápida o lentamente? ¿Cómo, cuándo y dónde se reproducen? ¿Cuántos huevos ponen? ¿De qué se alimentan? ¿A qué profundidades viven? …..
Por qué. La pesca en los diferentes caladeros acostumbra a estar regulada por organismos nacionales y/o internacionales que anualmente calculan la cantidad que se recomienda pescar para el siguiente año (merluza, bacalao, sardina, caballa,…) El fin es conseguir que la población de peces (o stock) sea explotado de manera sostenible. Esto implica trabajar con datos de diferente origen y que proceden de todos los países que explotan el recurso… Y parte de esta información es la que aportan los datos de biología.
Acabo esta entrada con un deseo: Que el próximo año la ciencia nos acompañe.
¡Hasta la próxima entrada marina!