Recientemente leí que la pastinaca de Java (Urolophis javanicus) se había declarado oficialmente extinta por culpa del hombre. Eso significa la desaparición total de esta especie en el planeta por la acción de hombre.
La pastinaca era una extraña mantarraya que se consideraba un manjar en Indonesia. Una pesca intensiva no regulada, añadido a que vivían en una zona (costa norte de la isla de Java) cada vez más industrializada parece ser que fueron los motivos que provocaron su extinción. La primera (y única) cita de esta especie era de 1862 y su responsable fue un naturalista alemán, van Martens. Desde entonces no se había vuelto a capturar ni observar ningún ejemplar de esta pastinaca. Y ya es oficialmente una especie extinta.
Esta curiosa noticia despertó mi interés, me puse a buscar más información y decidí que este iba a ser el tema de esta entrada: la extinción de la megafauna marina. Se llama megafauna marina a los animales de mayor tamaño que viven en el océanos: mamíferos marinos, tortugas, aves, tiburones, rayas…
Según un trabajo de Pimiento et al en 2020, la extinción de especies de la megafauna marina tendría un grave efecto en el ecosistema, pues cada uno de estos animales que viven en el mar cumplen una importante tarea en el mantenimiento del mismo, desde transportar nutrientes a controlar cadenas alimenticias.
En el trabajo de Pimiento y colaboradores hablan de un índice (Fuse) que crearon para medir la importancia de estas especies y su grado de peligro de extinción. También ayuda a valorar su contribución a las comunidades y el ecosistema. Así, marcan como muy importantes aquellas que si desapareciesen ninguna otra podría reemplazar su función. Según cuentan en el artículo, un tercio de la megafauna marina está ya en peligro de extinción y si todas estas especies en riesgo desapareciesen, sería difícil predecir el efecto sobre los ecosistemas marinos mundiales.
Para intentar conocer las posibles consecuencias plantearon, con la información que tenían, diferentes escenarios. Concluyeron que, si se mantienen los patrones actuales, en los próximos cien años se podrían perder un 18% de estas especies. Su extinción además sería catastrófica porque afectaría a la riqueza funcional de los mares de manera muy significativa.
Además de este interesante documento, encontré en Internet un catálogo de especies denominado Lista Roja de Especies Amenazadas, de la IUCN (https://www.iucnredlist.org.es) en el que están clasificados según su estado global de conservación animales, plantas y hongos. Es una herramienta muy interesante para valorar de manera clara el estado de las especies. Las especies en este catálogo están agrupadas en nueve categorías: (1) No Evaluado, (2) Datos Insuficientes, (3) Preocupación Menor, (4) Casi Amenazado, (5) Vulnerable, (6) En Peligro, (7) En Peligro Crítico, (8) Extinto en Estado Silvestre y (9) Extinto.
Observando en ese catálogo el elevado porcentaje de especies amenazadas de extinción, tanto terrestres como marinas, busqué cuales serían las más afectadas por el cambio climático. Y en la publicación de Pinsky et al de 2019 sobre el cambio climático y la extinción de especies, encontré la respuesta: las especies marinas serían más sensibles a los aumentos de temperatura que las especies terrestres.
Para acabar, no olvidemos que extinción significa para siempre. Hay que evitar el dramático escenario que provocaría la desaparición de estas especies y que la única manera de volver a ver alguno de estos hermosos animales en riesgo sea únicamente en fotografía. ¿no os parece?
¡Hasta la próxima entrada marina!
Y si os interesa el tema y quereís más información, estos son los artículos que refiero en el texto::
-C. Pimiento, F. Leprieur, D. Silvestro, J. S. Lefcheck, C. Albouy, D. B. Rasher, M. Davis, J.-C. Svenning, J. N. Griffin, Functional diversity of marine megafauna in the Anthropocene. Sci. Adv. 6, eaay7650 (2020).
-Pinsky, M. L., Eikeset, A. M., McCauley, D. J., Payne, J. L., & Sunday, J. M. (2019). Greater vulnerability to warming of marine versus terrestrial ectotherms. Nature, 569, 108–111. https://doi.org/10.1038/s41586-019-1132-4