El pasar días dentro del barco encerrado en una sala de monitores viendo imágenes en tiempo real del fondo marino tiene su recompensa, pues además de deleitarnos por su belleza, nos permite documentar y cuantificar los organismos que habitan el lecho marino o conocer el tipo de sustrato en el que habitan, que es uno de los factores que más condiciona la distribución de las especies.
Es lo que acabamos de hacer en la campaña de la que regresé hace menos de un mes, en el buque de investigación noruego Dr. Fritdjon Nansen. Esta vez nos centramos en aguas internacionales (por fuera de las 200 millas náuticas de la costa), en la cadena de montes submarinos de Guinea, situada a 1.700 km al oeste de Angola. El objetivo ha sido el documentar la posible presencia de corales y esponjas, como comunidades formadoras de ecosistemas marinos vulnerables (EMV), así como cualquier signo de impacto negativo de las actividades pesqueras en el área.
Para mí ha sido toda una experiencia, sobre todo el trabajar por primera vez a bordo en una zona tropical, con lo que ello significa de buen tiempo y estado de la mar, mucho más apacible a la que yo estoy acostumbrado. Un verdadero privilegio el poder participar en esta campaña y dejarnos sorprender por los organismos que habitan estos fondos, desde 400m hasta más de 1500m de profundidad, en los que la investigación es muy escasa. Además del bautizo por pasar el ecuador, con diploma incluido!!
El personal científico éramos de seis países diferentes, la mayoría pertenecientes a la Organización de la Pesca del Atlántico Suroriental (SEAFO), organización internacional que gestiona los recursos marinos vivos de fondo en esta zona.
A bordo se han utilizado tres metodologías de muestreo:
- Vehículo Operado a Distancia (ROV) que proporciona imágenes de vídeo en tiempo real del fondo marino y de los organismos que viven en el fondo o cerca de él
- Un arte de arrastre de varas, que nos permite recoger muestras de organismos, tanto invertebrados como peces, que forman parte de la epifauna, es decir, sobre el fondo y normalmente en contacto con él.
- Una red de arrastre semipelágica, con la que obtenemos especímenes que nos permiten identificar la fauna asociada a estos montes submarinos, que se distribuyen en la columna de agua, sin contacto con el fondo.
En la sala de video, cada uno de los científicos se enfocaba en la identificación y cuantificación de los taxones de su especialidad. Yo me encargaba de los peces.
Como podéis imaginar, es muy complicado identificar a nivel de especie los organismos que se ven en los videos. A ver cómo contamos las branquiespinas de los peces o le vemos las espículas a una esponja, a partir de una imagen, ya que son características internas y que muchas veces es necesario conocer para identificar a nivel de especie. Para ello, en vez de hablar de especies, se habla de “Morfotipos”, en los que agrupamos a especies que no puede diferenciarse a simple vista, pero que son semejantes en su morfología.
Al acabar la actividad con el ROV es cuando se procedía a realizar las pescas que nos permitirán identificar las especies de una forma más precisa, además de obtener valiosos datos sobre su biología. Los días en los que largábamos el aparejo de pesca, apenas dormíamos 4 horas, siempre tratando de optimizar los recursos del barco.
En la cima de los montes submarinos, a menudo arenosas, es donde se ha encontrado mayor biodiversidad y una fauna más abundante. Eran habituales los Mictófidos (peces linterna), pequeños peces pelágicos negros que se pasean a pocos metros del lecho marino y que nos fascinan con sus fotóforos siempre brillantes. Estos órganos luminosos se encuentran a lo largo de todo el cuerpo del pez. Utilizan la bioluminiscencia por diversas razones, como la comunicación, la caza o para ahuyentar a los depredadores.
En algunas ocasiones pasan algunos alfonsinos, especies de gran valor comercial y que se han capturado en el pasado en esta zona.
Pero ha sido en el talud de los montes submarinos donde se ha observado una mayor interacción de los peces con los invertebrados bentónicos. La estructura tridimensional de las gorgonias, los corales o las esponjas proporcionan refugio, protección y alimento a los peces y otros organismos.
En el estrato más profundo, hasta los 1600 m, es donde se ha encontrado una menor biodiversidad de peces, dominada por Macrúridos también llamados “ratos” por su larga cola así como algunas especies agrupadas en el morfotipo de Anguiliformes.
Por otra parte, los arrastres pelágicos nos permiten conocer la fauna de la columna de agua, fundamental en la cadena alimentaria del océano y como reguladores de CO2 y oxígeno. Además de los peces, en esta zona hay otros habitantes como medusas, calamares, camarones o salpas.
Los peces mesopelágicos suelen ser frágiles y se descomponen rápidamente. El trabajo realizado a bordo ha supuesto un reto para identificar el mayor número posible de especies de peces e invertebrados.
Una de las zonas en la que nos centramos está cerrada a la pesca por SEAFO. Se hizo de forma precautoria, a pesar de no tener datos de invertebrados de fondo en el área, para proteger los potenciales EMV del impacto de la pesca de fondo. Para ello se basaron en información de pesca histórica y en la batimetría obtenida por satélite. Este año serán interesantes las discusiones de las reuniones científicas, que tienen lugar en Noviembre, para decidir si se mantiene cerrada o bien se abre a las actividades comerciales en base a los resultados de esta campaña.
Podéis encontrar más información sobre las actividades de este barco en: