¡Buenos días Carbonian@s! En mi última entrada os hablé de la bioluminiscencia o de la capacidad de emitir luz de algunos animales y de sus aplicaciones. Pues bien, una de estas aplicaciones, es con la que trabajo yo en mí día a día, así que os voy a contar cómo funciona.
En nuestro laboratorio trabajamos con tumores de la sangre, como leucemias, mielomas y linfomas; para los cuales, buscamos nuevos tratamientos o mejoras de estos, para que aquellas personas que por cosas de la vida les ha tocado que les pase, se puedan beneficiar de una mejor supervivencia y calidad de vida.
Pues bien, para poder trabajar con estos tumores en el laboratorio y ver cómo responden a los nuevos tratamientos necesitamos usar ratones. A día de hoy, los ratones son la única opción para realizar estos estudios, eso sí, después de haber sido validados en experimentos con células, llamados in vitro.
Entonces, los investigadores necesitamos ratones para hacer los estudios in vivo y ver qué pasaría en un ser vivo antes de probarlo en una persona. Y aquí es donde entra en juego la luz de las luciérnagas.
En los últimos años gracias al desarrollo de técnicas de biología molecular y de ingeniería genética, se ha conseguido generar animales transgénicos a los que se puede injertar células que expresan genes como la luciferasa (gen que tiene la luciérnaga para poder emitir luz). De esta forma, las células tumorales que se les inyectan a los ratones, al tener este gen pueden seguirse. Esto permite conocer el desarrollo del tumor (ver cómo crece o se ralentiza su crecimiento) viendo la luz que emiten las células.
Pero los ratones no van luciendo por ahí como las luciérnagas, si no que necesitamos suministrarles la luciferina. La luciferina es la sustancia necesaria para que se produzca la reacción química que permite que se produzca la luz, y así se puede ver cómo “lucen” los ratones. Para poder ver la luz que producen, los metemos dentro de un aparato que hace fotos y que capta esa luz que emiten según como tengan el tumor de desarrollado.
De esta forma podemos hacer un seguimiento del tumor en los ratones sin hacerles ningún daño y a la vez, podemos valorar la eficacia de los tratamientos que probamos viendo si los ratones emiten más o menos luz. Además, la cantidad de luz que emiten se compara con una escala de colores, es decir, que para que sea más visual determinar que animales tienen más o menos luz se establece un código de colores. Los colores morado y azul se corresponden con poca intensidad de luz emitida mientras que los colores amarillo y rojo representan una mayor intensidad.
¡Hasta la próxima!