La reproducción asexual como estrategia reproductiva.

La pasada semana apareció en muchos periódicos la noticia de que en California dos hembras de cóndor cautivas tuvieron sendos polluelos. Mediante un estudio genético de paternidad se comprobó que habían heredado de sus madres todos los marcadores. Aun teniendo ambas un macho cerca, las dos habían optado por la reproducción asexual. Y aunque ya se había visto antes esta estrategia reproductiva en aves, estaba siempre relacionada con la ausencia de machos… pero no era el caso. Sorprendente.

Reproducirse es una de las funciones vitales de los seres vivos, aunque no siempre es necesaria la participación de dos individuos adultos de sexos distintos. Hablamos entonces de reproducción asexual. El resultado, individuos «clones» del progenitor.

¿Tendrán esta estrategia reproductiva también los animales marinos? Ya conocéis invertebrados marinos con reproducción asexual como las esponjas, que en alguna parte de su cuerpo forman una yema o protuberancia que se convierte en un nuevo individuo (gemación). O el caso de las estrellas de mar, que lo hacen por fragmentación: desprenden un brazo (pueden regenerarlo después) y ese brazo se convierte en otra estrella clon de la original. Pero ¿habrá peces o tiburones que se reproduzcan asexualmente? Pues sí que hay queridos carbonian@s. Y de esto va esta nueva entrada.

Antes de entrar en materia, os quería describir otros tipos de estrategias reproductivas asexuales: la partenogénesis (es necesario un óvulo, pero no esperma) y la ginogénesis (los óvulos necesitan el estímulo de la presencia de esperma para desarrollar un embrión). El resultado en estos casos es el de un individuo nuevo genéticamente muy similar al progenitor. Y aquí os describo algunos ejemplos reales:

-Empezamos con el tiburón cebra (Stegostoma fasciatum): En un acuario australiano una hembra de tiburón cebra produjo asexualmente dos crías viables tres años después de ser separada de su pareja macho. Al igual que en el caso de los cóndores, este caso resultó el primer registro de reproducción asexual de un tiburón hembra después de haberse apareado con un macho. El éxito de estas crias de tiburón cebra puede tener dos explicaciones: bien porque la hembra tuviese almacenado el esperma del macho del que la separaron, bien por una reproducción asexual. El análisis genético de las crías, con más genes idénticos y menos diversidad, confirmaron como correcta la teoría de la partenogénesis.

¿Y ahora qué? Pues como no se ha demostrado que estas crías procreadas asexualmente puedan reproducirse sexualmente, se está esperando a que alcancen la edad de madurez sexual y ver si ellas son capaces de reproducirse. Prometedor.

-Otro caso es el del pez sierra (Pristis pectinata): Los científicos encontraron mediante análisis del ADN que siete crías de esta especie (un 3% de las estudiadas) habían nacido gracias a la partenogénesis… viviendo en estado salvaje. Esto resultó toda una sorpresa.

Una explicación posible es que este proceso ocurra en poblaciones pequeñas o en declive (como ocurre en este caso) como una ayuda para mantener la especie. Las siete crías han sido ahora marcadas y devueltas a la naturaleza para estudiar sus movimientos. Así que habrá que esperar un poco para saber más de este estudio.

– Y para acabar os traigo a un pez de agua dulce como ejemplo de ginogénesis, el pez molly del Amazonas (Poecilia formosa). Todos los peces de esta especie son del género femenino. Se reproducen por «apareamiento» con machos de especies relacionadas solo para que estimulen y activen sus óvulos. Pero, ¡ojo! el ADN del macho no se incorpora a la descendencia: los mollies se clonan a sí mismos.

Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pofor_u0.gif#/media/File:Pofor_u0.gif

Los investigadores han descubierto que el molly del Amazonas es una especie híbrida y su éxito radica en que ha conseguido un genoma funcional (algo que no es habitual en la naturaleza para especies híbridas) con pocas mutaciones nocivas y en constante evolución. Estas características podrían explicar el éxito evolutivo de la especie.

Y aquí viene la pregunta ¿Son entonces necesarios los machos para mantener una especie? Los expertos opinan: si y no. A corto plazo una hembra podría prescindir de los machos para reproducirse, pero a largo plazo volverían a necesitarlos de nuevo. No hay que olvidar que la diversidad genética de los animales se reduce considerablemente con la reproducción asexual, lo que podría acabar con la desaparición de las especies de animales que solo utilizasen esta estrategia reproductiva.

¡Hasta la próxima entrada marina!

Para saber más:

Dudgeon C. L. et al.,2017. Switch from sexual to parthenogenetic reproduction in a zebra shark. www.nature.com/scientificreports/ | DOI: 10.1038/srep40537

Fields A. T. et al., 2015.Facultative parthenogenesis in a critically endangered wild vertebrate. Current Biology.  Volume 25, Issue 11, 1 June 2015, Pages R446-R447

Warren W. C. et al.,  2018. Clonal polymorphism and high heterozygosity in the celibate genome of the Amazon molly. Nature Ec ology & Evolution | VOL 2 | APRIL 2018 | 669–679 | www.nature.com/natecolevo

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