Actualmente estoy involucrado en el diseño de un curso de postgrado en mi universidad sobre la transformación digital en el sector de la salud. Este curso, promovido a nivel europeo por EIT Health, pretende formar a profesionales sanitarios (médic@s, enfermer@s, gestores hospitalarios, etc.) en el uso de tecnologías disruptivas en el ámbito de la salud.
Considero importante hacer difusión de tales tecnologías ya que esta transformación digital no solo afectará a profesionales, centros médicos y recursos, sino también afectará a los hábitos de nosotros los paciente.
La salud digital (eSalud) está suponiendo una gran revolución en el sector de sanitario en la última década y el hecho de que sea un mercado en auge demuestra su gran demanda social. Debido a esta pandemia mundial que os ha tocado vivir, muchos profesionales y pacientes se han visto forzados a utilizar muchos de estos recursos tecnológicos de la noche a la mañana.
Hablamos del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) en los procesos clínicos y administrativos dentro del sector de la salud. Las TICs hacen referencia al conjunto de herramientas relacionadas con el acceso, transmisión, procesamiento y almacenamiento digitalizado de la información.
Sus aplicaciones son múltiples. Un ejemplo es la telemedicina, que podríamos interpretarla como el diagnóstico o educación sanitaria a distancia. Podríamos hablar de llamadas telefónicas o video-llamadas entre personal sanitario y pacientes o entre personal sanitario de diferentes centros para evaluar la salud de un paciente. Esto permitiría reducir listas de esperas y optimizar los recursos sanitarios, aunque tiene sus limitaciones ya que no puede ser empleada para todo tipo de pacientes o diagnósticos.
También existen numerosas aplicaciones médicas móviles (mHealth) que permiten monitorizar ciertas constantes vitales sin necesidad de presencialidad física por parte de los sanitarios. Esto se puede realizar gracias al auge en los últimos años de tecnologías vestibles o ponibles (wearables), que corresponden a dispositivos electrónicos inteligentes que llevamos sobre el cuerpo o ropa para monitorizar nuestra actividad (relojes inteligentes, cámaras).
A modo de curiosidad, a continuación se muestran algunas monitorizaciones de datos obtenidos a partir de relojes inteligente.
Otro de los múltiples temas que se incluyen dentro de la transformación digital es la historia clínica electrónica (HCE), que permite la posibilidad de compartir datos clínicos de un paciente (en formato digital) entre diferentes centros. Se pretende que esta historia clínica pueda ser compartida incluso entre diferentes países, permitiendo así un rápido acceso al historial clínico de un paciente en caso de accidente durante las vacaciones (p.ej. conocimiento de alergias, patologías previas).
Además, todos estos datos suponen una gran fuente de información que puede ser investigadas con técnicas de Big Data o Inteligencia Artificial para la predicción o diagnóstico de alguna enfermedad.
Así que la revolución digital en la salud ya está en marcha y esta dichosa COVID nos está forzando a cambiar rápidamente muchos hábitos de nuestra vida (para bien o para mal). Desde mi punto de vista, el papel de la tecnología es fundamental para facilitar nuestra adaptación a dichos cambios.