Hace poco leí, casi por casualidad, la interesante historia de una mujer que, de manera involuntaria, realizó una de las mayores contribuciones médicas de la historia. Además, tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la biomedicina del siglo XX. Esta heroína científica permitió, sin saberlo, los primeros cultivos de células humanas in vitro y abrió un mundo de posibilidades para investigar posibles curas de enfermedades como el cáncer.
A pesar de su gran aportación a la ciencia, esta mujer, que no disponía de grandes recursos, no goza de la fama o reconocimientos como otras grandes figuras de la ciencia, como es el caso de Albert Einstein o Marie Skłodowska-Curie. Por ese motivo, Henrietta Lacks se merece una entrada en Ciencia Carbónica.
Henrietta Lacks (1920-1951) fue una mujer afroamericana que murió a los 31 años de cáncer de cuello uterino en el Hospital Johns Hopkins (Baltimore, USA). Henrietta fue tratada por el Dr George Otto Gey, que en aquel momento investigaba en su laboratorio la erradicación del cáncer en seres humanos. Poco antes de morir, el Dr Gey extrajo células cancerígenas y no cancerígenas de Henrietta sin su consentimiento o el de su familia. A diferencia de hoy, en aquella época todo material extraído durante una intervención era considerado “deshechos”, así que no se requería de ningún tipo de consentimiento por parte de pacientes o familiares. Por ese motivo estos “deshechos” pertenecían al médico o a la institución médica.
A continuación, el Dr Gey, que anteriormente había intentado reproducir sin éxito células en el laboratorio, pudo reproducir satisfactoriamente las células de Henrietta, convirtiéndose así en la primera línea celular humana inmortal. Con las condiciones adecuadas, las células se podían reproducir infinitamente en un laboratorio. Estas células inmortales fueron denominadas células HeLa, en memoria de Henrietta Lacks, y con casi 70 años representan el linaje celular más antiguo y más utilizado para investigaciones científicas en el mundo. Existen muchas cepas de células HeLa, pero todas aún conservan parte del ADN original de Henrietta Lacks.
Las células HeLa se han cultivado hasta tal punto que se estima que el número de células obtenidas en los laboratorios es mucho mayor que el número total de células que llegó a tener Henrietta mientras vivía. De hecho, al morir con tan solo 31 años, se suele decir que sus células han vivido más tiempo fuera de su cuerpo que dentro.
Las células Hela se han considerado un gran hito científico que ha aportado grandes beneficios en el campo de la investigación médica. Estas células han representado y representan una potente herramienta biológica que han permitido, entre otras cosas:
- Desarrollar la vacuna contra la polio
- Investigar medicamentos contra el cáncer de mama (trastuzumab)
- Desarrollar medicamentos para la enfermedad de Parkinson y la leucemia
- Investigaciones sobre el cáncer, SIDA, efectos de la radiación, genética, etc.
Además, se estima que se han publicado más de 60.000 artículos científicos que hayan utilizado las células HeLa. A pesar de todos estos grandes hitos, la familia Lacks no se enteró que Henrietta seguía “viva” hasta muchos años después.
Inicialmente, el Dr Gey compartió las células con otros laboratorios para la investigación científica de forma gratuita. Sin embargo, con el tiempo, las células HeLa fueron compradas y vendidas por laboratorios, y han sido de gran ayuda para la industria farmacéutica y cosmética. A pesar de haber ganado billones de dólares con productos probados en células Hela, la industria farmacéutica nunca compensó a la familia Lacks y, a día de hoy, la historia de Henrietta Lacks muestra muchas cuestiones legales y éticas a los que se enfrenta la investigación en biomedicina. Por suerte, en los últimos años los investigadores otorgan a la familia el reconocimiento que se merecen en sus investigaciones.
Uno de las personas que ha promovido este reconocimiento ha sido Rebecca Skloot, una escritora que publicó en 2010 el libro ‘La vida inmortal de Henrietta Lacks’. Después del éxito del libro, Rebecca creó una fundación (http://henriettalacksfoundation.org/) que se dedica a financiar investigaciones a familiares de casos como el de Henrietta. La historia de Henrietta también fue llevada a la televisión en 2017, donde Oprah Winfrey se puso en la piel de la hija mayor de Henrietta.
Henrietta Lacks murió sin saber que ha salvado muchas vidas de generaciones siguientes gracias a sus células. Pongámosla en el lugar que se merece y comparte su historia.
Tambien es cierto que Gey nunca busco su enriquecimiento personal. Dono las celulas a la comunidad cientifica y envio una muestra a quien se lo pidio. Buscaba, sin otra intencion, el desarrollo de la ciencia y, sobre todo, de la medicina. Las celulas HeLa, despues del trabajo de Gey con el virus de la polio, sirvieron a Jonas Salk para ensayar la primera vacuna contra esta enfermedad. Ademas, en los mas de 60 anos que han pasado desde entonces, se han utilizado en estudios sobre cancer, SIDA, efectos de la radiacion o de diferentes toxicos, mapeo genetico y muchas otras investigaciones. Incluso han viajado al espacio hasta el laboratorio espacial. Como dato concreto, se puede aportar que, hasta 2013, su han publicado mas de 70000 articulos sobre estudios realizados con celulas HeLa, o que se publican unos 300 cada mes. Se dice que los cientificos han hecho crecer entre 20 y 50 toneladas de estas celulas y existen unas 11000 patentes en las que aparecen celulas HeLa. En la actualidad, se han convertido en un negocio que mueve miles de millones de dolares al ano. Mientras tanto, los descendientes de Henrietta Lacks, ya de la tercera generacion, viven en la pobreza.