El cambio climático no sólo está afectando al calentamiento global de los polos, sino que también está impactando directamente sobre la salud de los humanos, debido a un cambio en la distribución de distintas enfermedades.
Este cambio climático impacta directamente en la reproducción de muchos insectos, como los mosquitos, que están desplazándose desde las zonas tropicales hacia zonas más templadas debido al aumento de las temperaturas. Esto tiene consecuencias que pueden ser muy graves: importar enfermedades como la malaria, el virus chikungunya o la fiebre del Nilo.
La malaria es una aterradora enfermedad que afecta a las zonas tropicales y subtropicales del planeta. Es causante de un gran número de muertes anuales, sobre todo en el África subsahariana, donde los más afectados son los niños pequeños y las mujeres embarazadas. Sin embargo, hace unas pocas décadas, la malaria también estaba presente en Europa. Gracias a campañas intensivas para la desecación de pantanos y el uso de insecticidas, se consiguió erradicar en los años 60. Sin embargo, España ha sufrido nuevos casos de malaria en los últimos años y distintos estudios están demostrando cómo ha ido desplazándose la distribución de su vector (el mosquito Anofeles) hacia zonas donde estaba controlada.
Otro ejemplo es el virus chikungunya. Esta enfermedad está transmitida por el mosquito tigre. Se trata de una infección viral con una sintomatología muy variada, que puede causar desde un cuadro leve, hasta un cuadro agudo caracterizado por fiebre, dolor articular, muscular y erupciones cutáneas. De nuevo, los niños son los más vulnerables. En los últimos años, ha habido casos de chikungunya en Europa, afectando a nuestros países vecinos Francia e Italia. Aunque aún es pronto para juzgar si estos casos son causa directa del cambio climático, todo apunta a que el calentamiento global facilita tanto la distribución del mosquito por nuevas zonas, como la replicación del virus en su interior.
El cambio climático también está favoreciendo la diseminación de otros virus transmitidos por el mosquito tigre, como el dengue y el zika. En el caso del dengue, aunque normalmente la enfermedad no suele ser mortal, puede cursar con cuadros de fiebre hemorrágica que comprometen la vida del enfermo. El virus zika tampoco suele causar complicaciones en adultos sanos, sin embargo, puede causar grandes complicaciones en las mujeres embarazadas, afectando al desarrollo de sus bebés. Aunque no se han detectado casos de zika en Europa, sí que se han reportado brotes de Dengue en Francia en los últimos años.
El ejemplo más reciente, la fiebre del Nilo Occidental, cuyo virus también se transmite a través de la picadura de un mosquito, en este caso del género Culex. Aunque no suele causar una sintomatología grave, sí que puede producir complicaciones del sistema nervioso y producir la muerte del paciente. Este verano, ha aumentado significativamente el número de casos de esta enfermedad en Europa, causando casi un centernar de muertes. El virus se ha extendido desde Serbia, Rumanía, Hungría Croacia, Eslovenia y Bulgaria hasta Francia, pasando por Austria, Italia y Grecia.
A parte de las medidas oportunas para reducir las emisiones que favorecen el cambio climático global, deberíamos tomar otras medidas preventivas para hacer frente a las nuevas enfermedades a las que poco a poco nos vayamos a enfrentar. Una mayor concienciación social puede ayudar a ir tomando medidas en este sentido ¿nos ayudas a concienciar a la sociedad?