Acabo de llegar de Swakopmund. Ya sé que no es fácil encontrarlo en el mapa, es en Namibia, y estuve allí porque es la sede de una organización regional de ordenación pesquera (OROP) en la que se gestionan los recursos pesqueros del Atlántico Sudeste (SEAFO). Participo como representante de la Unión europea en su Comité Científico. Es una pequeña ciudad, de pasado colonial alemán, en la que sus límites son el mar y el desierto. La tranquilidad que se respira, y más como extranjero ajeno a políticas locales, reconforta después de las largas reuniones.
Las OROPs son asociaciones de Estados u organizaciones que se agrupan en un acuerdo pesquero internacional para trabajar en la conservación y gestión de los recursos pesqueros dentro de su área de regulación. Su objetivo es regular la pesca en alta mar, es decir, por fuera de las 200 millas naúticas de las aguas nacionales, ya que éstas las gestiona cada país individualmente.
España pertenece o participa en todas las Organizaciones en donde tiene presencia la flota española. SEAFO es una organización muy modesta, cuando la comparas con otras OROPs, ya que cuenta con sólo seis miembros, siendo uno la UE. En parte es debido a que, a pesar de que el área de la convención es enorme, el área en el que se puede pescar (por encima de los 2000m de profundidad, que es la profundidad límite al que la pesca comercial puede operar) es muy escaso, limitándose a montes submarinos. A esta escasez de área “pescable”, hay que añadir que en se han cerrado muchas áreas precautoriamente, para proteger potenciales ecosistemas vulnerables, lo que limita más el acceso a los caladeros.
Uno de los mayores logros de esta reunión, en gran parte por mi empeño, ha sido el establecer que los barcos marquen con marcas tradicionales a una de las especies más emblemáticas del área, la austromerluza patagónica también llamada merluza negra. Yo prefiero llamarles austromerluza, pues no son de la familia Merlucciidae sino que pertenecen a otra familia, Notothenidae.
La austromerluza patagónica es una especie de crecimiento moderadamente alto hasta los 10 años, que puede llegar a alcanzar y superar los 2 metros de longitud y pesar más de 100 kg. La talla máxima capturada ha sido de 215 cm. Ambos sexos alcanzan la talla de primera madurez a los 90 -100 cm de longitud.
Los Nototénidos son una familia muy peculiar, que se ha adaptado a vivir en estas aguas con temperaturas cercanas a los 0ºC, para lo que han desarrollado varias adaptaciones siendo entre otras:
Poseen una cantidad de eritrocitos baja y una concentración disminuida de hemoglobina, con respecto a los peces de aguas más cálidas, así mantienen una viscosidad sanguínea baja.
Evitan el congelamiento de la sangre y los tejidos por medio de proteínas naturales anticongelantes.
No tienen vejiga natatoria, por lo que poseen flotabilidad neutra, ahorrando energía en los desplazamientos. Y precisamente esta característica hace que el marcado y recaptura de los peces vivos tenga un éxito mucho mayor que en otras especies de fondo y que sí tienen vejiga natatoria.
Los datos de los estudios de marcado existentes indican que esta especie generalmente no es migratorias y que la mayoría de los individuos muestran una fuerte fidelidad al lugar, dispersándose únicamente a distancias cortas de menos de 20-50 km de su ubicación inicial. Sin embargo, una pequeña proporción de los ejemplares realiza movimientos de mayor distancia, de entre 200 y 2300 km.
El marcado se suele hacer con marcas tradicionales, también llamadas espagueti, que son unas tiras simples de plástico que se enganchan en el músculo dorsal a la altura de la aleta dorsal utilizando una pistola de marcado. Estas tiras tienen una etiqueta identificativa única que nos permitirá saber los datos del ejemplar una vez sea recapturado.
Este marcado convencional nos permite describir los patrones de movimiento, al conocer el punto en el que fueron marcados y en el que se recapturaron, aunque no podemos saber el itinerario que realizó el ejemplar. Existen marcas electrónicas que si que nos permiten conocer el itinerario así como sus movimientos verticales en la columna de agua, pero el uso de estas marcas, que son muy caras, de momento es voluntario para la flota pesquera, aunque las están utilizando en campañas de investigación. También sirven como una forma alternativa de estimar el crecimiento de los peces o para apoyar la desagregación espacial de las áreas de evaluación de la población.
Se ha establecido que en esta especie el marcado es doble, así se puede conocer la tasa de desprendimiento de marcas. En algunos casos, como en la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos(CCAMLR), se utilizan para obtener estimaciones de abundancia de la población.
Para simplificar un poco la metodología, imaginad que hemos marcado 4 peces. En una población pequeña (izda), es mucho más probable que sean recapturados que si están en una población grande (drcha). El cálculo «inverso» en función de los ejemplares recapturados nos proporcionará información sobre el tamaño de la población de peces.
Pero para conseguir una buena estimación se necesita un buen diseño de marcado, una buena tasa de recaptura, una buena detección de marcas cuando se está metiendo el pescado a bordo y buenos observadores que realicen el marcado siguiendo un estricto protocolo, en el que sólo se marcan los ejemplares en buen estado, con rapidez y precisión para intentar dañarlos el mínimo imprescindible. Muchas veces se utilizan tanques de recuperación, en el que se dejan los ejemplares un tiempo para que se recuperen, antes de liberarlos al mar con las marcas. Estos tanques tienen que tener unas dimensiones mínimas que garanticen el buen estado de los peces, con un sistema de entrada y salida de agua continuo.
Hasta el momento en todo el área de SEAFO sólo una vez se realizó un programa experimental de marcado en 2010, por un barco español. Se marcaron y liberaron únicamente 14 ejemplares de austromerluza patagónica, y uno de ellos fue recapturado en 2015 por un barco japonés (en aguas de SEAFO también). No se pueden sacar muchas conclusiones de un evento aislado, pero revela el alto potencial que los métodos de marcado/recaptura pueden tener en SEAFO. Este ejemplar creció 29 cm de longitud y 7,6k de peso en 1896 días (5,19 años). Otro ejemplar marcado en el Océano Índico se ha recuperado en el Atlántico, en 2020, por un barco español, lo que indica un movimiento migratorio transoceánico.
Con la adopción de esta medida de marcado en SEAFO todas las áreas de distribución de austromerluzas tienen implementado un programa de marcado. Ahora queda coordinar toda la información con el resto de organizaciones, como son CCAMLR (Antártico), SIOFA (Océano Índico) y SPRFMO (Océano Pacífico). A ver si los próximos años os puedo contar más sobre cómo se mueven las austromerluzas por esta zona!!!