Hace ya unas semanas que mi móvil me recomienda muchas noticias sobre “Metaverso”. Seguro que tiene que ver con las “galletas” de las que hablaba nuestro compañero Eloy García hace ya unas semanas (https://cienciacarbonica.es/se-acabaron-las-galletas/ ). Y es que ahora la compañía del multimillonario Mark Zuckerberg, Facebook, ha cambiado de nombre. Ahora se llama Meta y parece ser una apuesta firme sobre ese Metaverso que se nos viene encima.
Bueno, pues al final me ido leyendo cosas aquí y allí sobre este tema que también se dice que será el internet del futuro. Como ya he comentado en carbonoticias anteriores, estamos inmersos en una transformación digital (https://cienciacarbonica.es/la-transformacion-digital-en-la-salud/ ), así que del futuro me espero cualquier cosa (tecnológicamente hablando).
La idea del Metaverso (u Omniverso) es la de crear un mundo virtual dónde todos interactuaremos sin salir de casa (¿en serio eso es lo que nos espera?) elevado a la quinta poténcia. Una especie de “Los SIMS” a lo bestia, con el soporte de tecnologías como la realidad virtual o realidad aumentada, dónde al parecer podremos utilizar todos los sentidos. Y es que no es solo Facebook, perdón, Meta, la única empresa que apuesta por este posible escenario futuro. También otras compañías como Nvidia (fabricante de tarjetas gráficas para videojuegos principalmente), aunque la cosa va más allá de la simple interacción social-virtual con otros avatares.
La virtualización de nuestro entorno tiene muchos beneficios como se cuenta en esta noticia de Xataka. Los entornos virtuales pueden permitir realizar simulaciones de posibles escenarios, como un incendio, e intentar optimizar recursos para su posible extinción, como cortafuegos. La simulación es un recurso tecnológico que se utiliza en multitud de campos, como la medicina, para realizar experimentos de forma seguros para estudiar/optimizar in fenónemo, una técnica, un método, una tecnología, etc. Podemos simular una imagen de rayos X sin necesidad de emitir radiación. O simular un escenario de reparto ético de energia, dónde casas con mayores ingresos ceden energia a las familias menos pudientes. Todo es pràcticamente posible en las simulaciones.
Y es que a pesar de que Metaverso parece una palabra que apareció antes de ayer, ésta apareció por primera vez por los años de la Barcelona olímpica (1992) en la novela de ciencia ficción “Snow Crash” de Neal Stephenson.
Bueno, no tengo una bola para predecir el futuro, pero seguro que la tecnología nos permitirá hacer cosas inimaginables, aunque espero poder seguir disfrutando físicamente de los placeres de la vida.
¡Un saludo y hasta la siguiente carbonoticia!