Estos laboratorios no son de ciencia ficción…


NOTA: Esta semana se reincorpora a Ciencia Carbónica nuestra compañera María Linares (alias María «Levaduras») y nos ha dejado esta Carbonoticia tan interesante sobre los laboratorios y sus niveles de bioseguridad.


Seguro que alguna vez te has planteado cómo son los laboratorios dónde se investigan microorganismos patógenos. Puedes hacerte una idea a través de algunas películas como Estallido, Contagio y Doce monos. Para trabajar con los más peligrosos se necesita estar totalmente aislado mediante trajes de buzo para evitar cualquier contacto que pueda transmitir la infección.

Puedes encontrar una aproximación de cómo se funciona en los mismos en los títulos de crédito de “Estallido”.  En ellos, un investigador accede al centro de investigación a través de reconocimiento dactilar.  Normalmente el acceso a estos laboratorios está muy restringido y sólo se puede acceder a ellos a través de clave, tarjeta o incluso reconocimiento digital o de retina. En su interior nos muestran cuatro laboratorios de distinto nivel de seguridad, según el riesgo que presenten los microorganismos y que se corresponden con los cuatro niveles de bioseguridad existentes para la manipulación de patógenos.

Los laboratorios de nivel de bioseguridad 1 se trabaja con microorganismos que potencialmente no presentan un problema ni para los investigadores ni para el entorno.  Para trabajar con este tipo de organismos solamente se necesita seguir las guías básicas de manipulación de microorganismos (uso de bata y gafas si es necesario, eliminar los residuos adecuadamente…), pero no se necesitan normas específicas de seguridad. Un ejemplo de microorganismo que requeriría un laboratorio de este tipo es Escherichia coli, microorganismo no considerado como patógeno.

En los niveles de bioseguridad 2 se manipulan patógenos que no es probable que causen enfermedad a los investigadores ni afecten en el entorno, ya que su capacidad de transmisión es limitada y para los que existen medidas de prevención y tratamiento totalmente eficaces. Un ejemplo para este grupo de microorganismos sería Candida albicans, un hongo que puede causar candidiasis, enfermedad que puede ser tratada y cuya transmisión es rápidamente controlable. Estos laboratorios requieren de cabinas de seguridad biológica para trabajar con los patógenos.  Estas cabinas establecen un flujo de aire que impide que los microorganismos salgan al exterior. Además, para algunos patógenos que se transmiten mediante el aire es necesario el uso de mascarillas.

Los laboratorios de bioseguridad de nivel 3 ya se parecen más a los que nos enseñan en las películas de ciencia ficción. Deben de estar separados del resto de laboratorios, aunque no hace falta un edificio independiente como ocurre en el nivel 4. Los investigadores deben llevar prendas protectoras especiales, se ha de trabajar en cabina de flujo y además, el propio laboratorio presenta presión negativa con respecto al entorno para evitar la salida de los microorganismos. Además, tienen que tener doble puerta de entrada. En estos laboratorios se trabaja con patógenos que causan enfermedades graves al ser humano, aunque existen medidas de prevención y tratamiento. Un ejemplo es Mycobacterium tuberculosis, agente causal de la tuberculosis en el hombre, que se contagia por vía aérea y afecta al sistema respiratorio. Para este caso especial, se tiene que trabajar con mascarillas o sistemas de respiración autónoma.

Los  niveles 4 de bioseguridad sí que tienen que estar aislados del resto. Se accede mediante sistemas de doble puerta o exclusas de aire. Para entrar se requiere de ducha previa y un cambio completo de ropa. Hay dos tipos de laboratorios. En el primero de ellos, se utilizan cabinas de bioseguridad como las de los niveles anteriores, siempre y cuando los investigadores utilicen trajes totalmente herméticos con sistemas de respiración autónoma acoplados. En el otro tipo de laboratorios es necesario el uso de cabinas de seguridad tipo III, que están herméticamente cerradas y aíslan totalmente al investigador del exterior. Además, los investigadores acceden siempre acompañados y están entrenado en sistemas de emergencia adecuados. Este nivel de seguridad es necesario para patógenos que causan enfermedades graves, que se transmiten fácilmente y para los cuales no suele haber medidas eficaces de prevención y tratamiento disponibles. Un ejemplo sería el virus del Ébola.

Laboratorio nivel 4. Fuente: http://www.sixthtone.com/news/1000921/in-fight-against-diseases%2C-china-to-open-top-safety-biology-lab

Ahora que ya conoces un poco cómo funcionan los niveles de seguridad, seguro que entiendes por qué hay enfermedades que cuesta más investigar que otras. Para hacer cualquier trabajo de investigación en Ébola, todo se tarda mucho más que lo que se tardaría en un laboratorio normal y, además, hay muy pocos laboratorios nivel 4 en el mundo, lo que complica mucho su investigación.

Hasta la próxima carbonian@s!!!!

(María Levaduras)

REFERENCIAS:

1. World Health Organization. 2004. Laboratory Biosafety Manual. Third Edition.

2. U.S. Department of Health and Human Services. Public Health Service. CDC. National Institutes Of Health. Biosafety in Microbiological and Biomedical Laboratories. 5th Edition.

3. Madigan M, Martinko J, Parker J. 2005. Brock Biología de los Microorganismos. 10ª Edición. Prentice Hall.

4. http://www.insht.es/portal_riesgosbiologicos/fichas-tecnicas-patogenos.html#4

5. www.cdc.gov/tb

6 .www.cdc.gov/ncidod/dvrd/spb/mnpages/dispages/ebola.htm

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